A veces hay sitios, lugares, personas, momentos o épocas que te vienen pequeñas, como cuando tienes la sensación de que ya has cumplido y toca girar página e ir a por otra cosa. El síndrome del culo inquieto es una cosa, el síndrome del culo gordo inquieto es peor. Y cuando mi culo gordo inquieto tiene la sensación de que el sitio le viene pequeño... como decía mi amiga Iris: MARETA! que viene a ser un madre mía! pero con más énfasis. Hay varios tipos de culo, gordos, pequeños, en pompa o tan planos como una prolongación de la espalda. Los hay vagos, espabilados, vergonzosos y hasta los que son tan atrevidos que te sonrojan de verlos. Pero el mío es diferente, es como si yo quisiera ir a un sitio y mi culo tirara pa' otro sentido. Complicado el tema de tener conflictos con tu posterior. El mío quiere irse, cambiar de aires, de pueblo, de ciudad, de país, de gente, de cielo, de lluvia, de miradas, de sonrisas, de todo.. y yo no se como contarle que ahora no es el momento, pero es que él bien sabe que no hay nada que hacer. Porque mi culo es un ser inteligente y hasta me manda voces al cerebro diciendo:" todas las veces que he querido arriesgarme e irme a hacer algo, me has hecho caso y ha salido bien" (con eso de arriesgar no estamos hablando de nada físico, soguarros, que os veo venir). Todos los proyectos nuevos, retos, objetivos y metas conseguidas en mi vida se las debo a mi trasero, curioso no? #panderodenegrainquieta.
Intento hacer oídos sordos, pero como ignoras a un culo? es imposible. Así que a la larga tendré que hacerle caso, solo espero el momento adecuado y a la oportunidad perfecta... que siendo yo, suele ser la primera que llegue. Hay gente que se hace la interesante alardeando de que siguen su intuición, incluso su corazón, pues yo sigo mi culo. Y si mi trasero se inquieta, es que toca cambiar de peli.
Ahora a ver a que peli me lleva... mientras no sea una para adultos, no corremos peligro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario