Necesitas estar dentro de mi...en mi cabeza, no confundas, que no me refería ahí.
Para poder opinar porqué hago asá o así, si los asá tienen motivo o si los así es porque si.
No es cuestión de ponerte mis zapatos para entender mi camino, sino estar dentro de mi y andar con mis pies. Que dicho sea de paso tengo unos juanetes de la ostia, un tobillo que pasó por no pocos esguinces mal curados que vienen soportando el peso de mis rodillas hechas polvo por mis caderas lesionadas. Que por si no fuera suficiente van acompañadas de mis ingles que tiemblan (porque las mías si) cada vez que le piensan y soportando a mi estómago (que dejando aparte todo lo que le meto al pobre) se encoge y se queda hecho un puño cuando recuerdo según que cosas.
Para encima estar escuchando a un corazón del mismo tamaño que su dueña (ojo!) que no calla ni debajo el agua, ni durmiendo, ni.. nada. Que tiene vida propia y aconseja cosas que siempre quiere hacer pero que está en constante jaleo con su colega el cerebro, que éste no es tan grande pero que da por culo las 24h al día. Y que si esto sí, que esto no, que no puedes hacer esto.. mientras el otro dice que si. Y entre tanta lucha y discusión tengo el cuello y los hombros cansados de tanto peso y tanta conversación, solo se relajan si me tocan con un dedo, pero no cualquier dedo, ya sabes.
Ah, y no me olvido de decir que el cerebro no es uno, sino que viene partido en dos y también uno tira mas que otro en según que momentos, aunque normalmente me tira más el que es colega del corazón, y como hacen mayoría siempre acaban ganando.
Vamos, que dentro de mi hay tanta vida y movimiento que hasta mis ojos se nublan y veo fatal si no fuera por las gafas. Como si fuera un.. céntrate a lo de dentro que ya luego miras y te centras en lo de fuera. Me olvidaba! suspiré tantas veces que mis pulmones se cansaron, y de vez en cuando me inflama los bronquios y me deja respirando mal un tiempo, para recordarme que solo merece la pena suspirar por las cosas buenas.
Por eso decía que necesitas estar dentro de mi. En mi cabeza, no confundas, que no me refería ahí. Y en mis pies, en mi estómago, en mis brazos cuando abrazo, y en mis ojos cuando miran según quién.
Necesitas estar dentro de mi.