No me gusta la rutina, no necesito tener en un presente una base solida como la de un trabajo rutinario, unos horarios que se repitan día tras día..para ser estable y respeto totalmente a los que si lo necesitan.
Podría levantarme cada día en un sitio diferente para hacer algo diferente con personas diferentes, eso son cosas que me hacen feliz.
Ahora bien, mis raíces que no me las cambien. Una de ellas son mi clase, cuando digo clase a veces la gente me mira raro, porque piensan a estas alturas que clase tienes tú? pues mi clase de toda la vida, la que por huevos, por obligación y no pasan x meses sin que lo haga, reúna para cenar y tomar algo, para no perder el contacto. Y es que nuestras cenas de clase ya son míticas, Navidad y verano por excelencia y alguna que se cuela de por medio cuando ya los echo mucho de menos. Yo puedo hacer esto y lo otro un día aquí y otro allá, pero lo que me da estabilidad es cada X tiempo ver a esas personas que en su momento eran las que veía cada día durante 6-7-8h al día en clase, con las que me tiraba notitas para comentar chorradas, con las que desayunábamos en la cantina cada mañana, con las que me pegué el viaje de mi vida...y con las que miles de cosas durante miles de horas durante miles de días.
Así que aunque algunos vayan y vengan, a mi, tropecientos mil años después, me siguen haciendo falta
para poner mis puntos sobres las íes, para poner mis relojes a la hora exacta en la que han de estar.
A veces no está de más mirar atrás unas horas para ver que pese a los años, los sitios y las circunstancias seguimos siendo los de siempre con envolturas diferentes. Ver que siempre estará Tobias en todas las cenas junto a su saxo para animarnos la fiesta, que Guillem, Oliver y Marc canten cualquier cosa, de cualquier manera mientras Tobias toque.. que Gloria lo grabe todo, que Dani me mire y me diga: éstos no van a cambiar nunca! que Nil y Albert se partan de risa pero no canten, porque pasaran los años pero siguen siendo igual de tímidos que cuando teníamos 14 años. Que con las edades que tenemos, aún ahora llegamos a un sitio y nos sentamos las chicas en una punta y los chicos en otra, como si en la edad del pabo estuviéramos! Y un sinfín de personas y momentos que hacen del pasado algo digno de ser recordado.
Ahora que lo pienso, ya mismo me toca reunirlos...
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