Para empezar, dos afirmaciones:
- A los guapos es pa' darles de comer aparte.
- Ser del montón es una putada.
Dicho esto.. c'mon. Hay varias cosas curiosas que me llaman la atención, como por ejemplo el guapo habitado por un feo. Me explico mejor, lo digo con conocimiento de causa (no porque tenga a nadie dentro) sino porque yo conozco a un guaperas (guapo guapo de esos de girarte por la calle) que tiene a un feo dentro. La manera de ser de un feo no es la misma que la de un guapo que ya sabe que es guapo y muchas veces cree que con eso hay suficiente. (Alomejor hay suficiente si solo lo quieres pa' pegarle un viaje, y perdón por la expresión) pero sino, NO, no es suficiente. En cambio un feo siempre suele ser más amable, más simpático, más gracioso, más de todo vaya. Es así, es verdad, podéis pensar que soy cruel pero es la pura realidad. Bien pues, mi amigo Ken (que no busca a Barbies) tiene a un feo dentro, pero con el físico digno de ser un vigilante de la playa, y ahora diréis si claro y es perfecto... pues no se, no me he parado a buscarle defectos pero así de bote pronto no le veo yo ninguno al chico. Como lea esto me cruje, pero tranquilo trapella que no voy a desvelar tu nombre y te mantendré en el anonimato! Total, que hay guapos poseídos por feacos.
Otro tema, ser del montón es un putadón. Como se sabe si eres del montón? Os lo cuento..
Vosotros habréis visto más de una vez a un tío feo con una chica de escándalo. O chicas, también habréis visto a un Dios griego con una chica que perturba una mente solo mirarla de lo fea que es. Pues si no estáis en ese grupo, SOIS DEL MONTÓN. Ser del montón es eso que no eres Eva Mendes pero tampoco eres la niña de Shreck. Ni tampoco sois Brad Pitt pero tampoco Camilo Sesto... un ahí ahí entremedio que no se cataloga. Porque es una putada? Porque no eres bastante guapo como para ser como mi amigo Ken pero tampoco eres feo como para estar con un pibon (como esos feos suertudos que honran lo de: el amor es ciego). Lo dicho, una putada.
Los que abundamos somos los del montón, los feos feos feos... no son tantísimos y los guapos aún lo son menos. Así que... ARRIBA EL MONTÓN!
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